23 de marzo de 2013

Reseña de la visita de Irene a Zacapoaxtla


Hace algunas semanas Irene tuvo su primera reunión de trabajo del 2013 como parte del programa "Leer para transformar, jóvenes" que llevamos a cabo a través del Child Fund México y otras asociaciones civiles. Les compartimos la reseña que nos hizo llegar.
Por: Irene de Hoyos, coordinadora de Bunko Xalapa

El 7 de febrero me reuní gustosamente con Matías Márquez, Loli Francisco y Juan Carlos Limón en Zacapoaxtla, Puebla, para tener nuestro primer encuentro de trabajo para el 2013. Esta fue la primera de varias reuniones que sostendremos durante el año.
Estas reuniones son parte del seguimiento del segundo año de trabajo del programa "Leer para transformar… jóvenes"  en la organización comunitaria Niños Totonacos A.C. en la sierra norte de Puebla. Como ustedes saben, este programa,  tiene como objetivo principal, ofrecer a los jóvenes un espacio de socialización de la lectura que les permita vivirla como una actividad lúdica, a partir de la cual pueden establecer un diálogo de saberes propios y ajenos con un sentido decolonial e intercultural. Así como brindar los conocimientos necesarios para que ellos puedan coordinar talleres de lectura (dirigidos a niños/as) en su comunidad.
El equipo coordinador, de izq. a derecha: Matías, Loli y Juan Carlos
Las metas trazadas para este segundo año contemplan:
  • Que los jóvenes que actualmente participan en el programa, lean fuera de las bibliotecas de la OC.
  • Creación de talleres de lectura de literatura para niños y jóvenes en los espacios comunitarios de Caxuahcan, Vicente Guerrero y Xonalpu
  • Consolidar un equipo de trabajo que cubra la demanda de talleres de lectura del Programa Leer para Transformar en los diferentes espacios de lectura de la OC.
  • Definir y dar a conocer con claridad el papel del coordinador y de los jóvenes colaboradores dentro del programa Leer para transformar en la OC.
  • Fortalecer al equipo de trabajo que realiza la planeación de sesiones.
  • Que los coordinadores y jóvenes colaboradores se apropien a mayor profundidad de las herramientas teóricas y metodológicas que les permitan impartir talleres de lectura para niños de manera situada en la OC.
Grupo de jóvenes colaboradores en Xalapa


20 de marzo de 2013

Recomendación de libro: Los cuentacuentos


                                           
                                Los cuentacuentos. De: Diana Yurkovic, México, SEP, 2003

Hace unas semanas compartimos con los chicos en la biblioteca de Morelia este libro y lo planeamos como proyecto para varias sesiones. El libro nos cuenta que hace mucho tiempo la gente empezó a hacer figuras de barro sobre personas importantes en sus comunidades: los cuentacuentos.
Los cuentacuentos son figuras de personas o animales que parecen estar hablando o cantando y normalmente tienen pequeñas figuras encima –los oyentes- a los cuáles a través de relatos orales enseñan y recuerdan las historias de su gente. 



Lo anterior nos recuerda que desde que el ser humano nace, y a partir del contacto con su lengua materna, se apropia de los ritmos de su cultura. Es ahí donde establece su primer contacto con la literatura en su modalidad oral. En la primera infancia son las palabras escuchadas y luego compartidas, patrimonio de los pueblos, las que estimulan la creación de nuestro imaginario. Son la fuente donde abrevamos de la sabiduría y de la experiencia de nuestros antepasados para seguir dando sentido a nuestra propia experiencia.
Hoy en que lo escrito parece tan presente y tan importante olvidamos que es la palabra la que nos acunó desde que nacimos y sigue siendo esta palabra, unida al gesto, mediada a través de diferentes soportes o códigos, la que nos vincula con los otros como recurso de comunicación, construcción y entendimiento de la realidad. Afortunadamente aun quedan varias poblaciones que comparten sus tradiciones a través de los espacios del cuento, en reuniones formales, a través de festivales o en la intimidad de la vida cotidiana como en las comidas y espacios como las bibliotecas que no solo albergan libros si no también infinidad de historias para ser contadas de viva voz.
A partir de este cuento invitamos a los chicos a hacer su propio cuentacuentos y a buscar una historia de su vida familiar o cotidiana que quisieran compartir con los demás. Durante el proceso escuchamos relatos orales de la colección de discos compactos de CONAFE, en particular del disco "El cuentero" y "La cuentera de Jalisco".


Como parte de los festejos que tendremos en Abril por el feliz encuentro entre libros, niños e historias, tendremos una exposición sobre esta experiencia. ¡Los esperamos! 


20 de Marzo, día Mundial de la Narración Oral



Canción Africana
Tolba Phanem
Poeta, escritora


Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan y meditan
hasta que aparece la canción del niño.

Saben que cada alma tiene su propia vibración que expresa
su particularidad, unicidad y propósito.

Las mujeres entonan esta canción y la cantan en voz alta.
Luego retornan a la tribu y se la enseñan a los demás.

Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción.
Luego, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción. Cuando se inicia como adulto la gente se junta nuevamente y
canta su canción.

Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción. Finalmente cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama e igual que para su nacimiento,
le cantan su canción, para acompañarlo en su transición.

En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción. Si en algún momento de su vida la persona comete un crimen o un acto social aberrante, lo llevan al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor, entonces… le cantan su canción.

La tribu reconoce que la corrección de las conductas antisociales no es el castigo; es el amor y el recuerdo de la propia identidad. Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros.
Tus amigos reconocen tu canción y la cantan cuando la olvidaste.

Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes ni la oscuras imágenes que muestras a los demás.
Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo;
tu totalidad cuando estás quebrado;
tu inocencia cuando te sientes culpable y
tu propósito cuando estás confundido.




18 de marzo de 2013

Te invitamos a nuestro taller de formación anual




¿Te gustaría conocer más acerca de nuestra metodología de trabajo y los principios que la sustentan?



 Te invitamos a participar en el:

“Taller de formación en la metodología de trabajo de Bunko Papalote”
que tendrá lugar del 27 al 31 de mayo  del 2013 en las instalaciones de la biblioteca de Xalapa, Veracruz.
El taller está abierto a todas aquellas personas  interesadas en abrir un espacio de lectura en su comunidad.  Consta de 40 horas teórico prácticas, en donde podrán conocer los principios filosóficos, pedagógicos y literarios que sustentan su metodología, así como los aspectos operativos básicos para abrir un espacio de lectura.
El costo del taller incluye la participación de 2 o 3 personas pertenecientes al mismo proyecto o a la misma comunidad.

Si estas interesad@ en participar, comunícate con Alba al correo informes@bunkopapalote.com  y con mucho gusto te enviaremos más información .

14 de marzo de 2013

¡Tendremos talleres el lunes 18 de marzo!

Queridos mamás y papás:

Por este medio les informamos que el día lunes 18 de Marzo, del presente año, Bunko Papalote trabajará en horario normal impartiendo sus talleres de lectura. Por tanto, no tendremos suspensión como el calendario oficial de la SEP lo indica. ¡Los esperamos en el taller!

A t e n t a m e n t e
 
Bunko Papalote-Xalapa

12 de marzo de 2013

Recuerdos de la Bebeteca en la Filij 2012


El año pasado fuimos invitadas por tercera ocasión a participar en la bebeteca de la 32 Filij en la ciudad de México compartiendo con otros proyectos que trabajan con bebés en varias partes de la república.

Fue una experiencia muy enriquecedora tanto para nosotras, como promotoras de lectura, como para las familias que se acercaron y pudieron disfrutar de un espacio especial para ellos, de un momento de lectura y de varias propuestas en torno a los libros pensadas para los más pequeños. Este año nos están invitando de nueva cuenta y estamos preparándonos para volver a reunirnos con este gran equipo de la bebeteca de la feria, que año con año nos abre las puertas, con profesionalismo, respeto y mucho, pero mucho corazón. 

En esta última edición de la Filij  participamos además en el II Encuentro Internacional de Cultura Lectora: "La lectura como vínculo de la diversidad cultural". En este encuentro además de conocer otras propuestas y diversas y enriquecedoras miradas acerca del mundo de la cultura lectora pudimos compartir con algunos de los asistentes nuestra propuesta de trabajo con bebés en el taller que impartimos:  "¿Lectura con bebés? Algo más que libros."


Hace un tiempo una de las participantes del taller nos envió un cuento que escribió a partir de su experiencia en el mismo. Pamela nos cuenta a través de esta historia algunas de las cosas que se quedaron con ella a partir de este espacio de reflexión que compartimos y nos derritió el corazón por su capacidad de trasladar esto al ámbito literario.  
Gracias a su generosa disposición nos permitió compartir con ustedes su cuento.


"Un monstruo en el taller para bebés"

Escrito por Pamela I. Castillo
Dedicado a mis maestras y compañeras
del taller de lectura para bebés;
 gracias por compartir conmigo
este delicioso descubrimiento.

Esta es la historia de un Gran monstruo que era escritor de novelas…era muy feliz leyendo en silencio  y voz alta por las noches, en las cafeterías llenas de monstruos como él.
Todos los días rumbo a su casa o al cine, caminaba con su enorme cuerpo y sus pesadas y peludas patas entre la gente. A cada paso que daba, todo a su alrededor se estremecía: las mesas de las cafeterías se volteaban, los hidrantes reventaban, algunas alarmas de los automóviles se activaban y sin poder evitarlo: iba haciendo llorar a los niños.
 Era muy bueno disimulando, pero dentro, muy dentro, eso no le parecía muy agradable.
Sentía algunas veces que era un monstruo muy torpe y ese sentimiento se peleaba sin querer con aquel otro que le decía -¡mírate, eres un enorme monstruo, tan verde y escamoso, como no hay otro igual, que bueno que los niños lloren y la ciudad retumbe a tu paso!-
Y él pensaba entonces que así tenía que ser, todos los monstruos de la ciudad eran igualitos a él y definitivamente nunca los había visto avergonzarse de su enorme, torpe, brusco y monstruoso cuerpo. 
Algunas veces en las librerías veía a los monstruos como él con extrañas habilidades, se movían, brincaban, pegaban de gritos frente a niños que no lloraban, se divertían mirando al monstruo saltimbanqui. Y aunque esto le gustaba, nunca se atrevió ya que dio por hecho que pasar así el rato, para él, sería imposible.
Un día se abrió la convocatoria para ir a tomar unos cursos que le servirían en su serio, silencioso y solitario trabajo de escritor  justo en la feria del libro de ciudad monstruo así que luego de un par de llamadas quedó inscrito.  Cuál fue su sorpresa cuando se presentó en el salón principal y miró su nombre en una lista de un taller muy extraño.  Se colocó sus lentes e hizo los ojos chiquitos para enfocar bien: “TALLER DE LECTURA PARA BEBÉS.  Algo más que solo lectura”
Primero guardó silencio, observó todos los otros talleres: LLENO, LLENO, LLENO. –No puede ser- se dijo en silencio mientras daba un paso hacia atrás…-¿y que se supone que voy a hacer yo en un taller como esos?, no, no, no.  Prendió su celular y marcó rapidamente - Hola Adriana, si, mira…hay un error en los talleres, me inscribiste en…si para bebés…pero…ok, me parece perfecto, que tengas un gran día-No había de otra.
Tenía las manos sudorosas ¿qué iba a hacer cuando llegara a leer entre todas aquellas delicadas lectoras para bebés, con voces suaves y gestos ligeros?, él ¡todo el tiempo tendría que ser un monstruo!
Esta vez, no le quedó ninguna forma para escaparse.  Pensándolo bien durante un buen rato, decidió que lo intentaría y hablaría muy poco y no se movería de su lugar ni para servirse café o tomar galletitas, no fuera a ser que tirara algo con la cola o despegara una lampara del techo al que llegaba su enorme cabeza.
Antes de irse a dormir preparó todo con la intención de que no hubiera pretextos para no llegar a enfrentarse a su nuevo curso así que guardó  su cuaderno, su pluma dentro de su mochila color morado, que era, pues, su favorita.
A la mañana siguiente un par de patas enormes se abrían paso con dificultad en el salón de clases de lectura y con su enorme cuerpo, haciendo un gran alboroto, se sentó en una sillita donde apenas cabía  dispuesto y seguro de su decisión… Aunque para colmo había llegado tarde y no había nada de galletitas ni café para quitarse los nervios…todas las lectoras se presentaban y comentaban entre sí sobre sus diversas actividades para los niños mientras el monstruo los observaba, dejándose liberar por un momento de sus prejuicios y llenándose de curiosidad…Llegó el turno de presentarse, ¡le sudaban las garras y sentía que el corazón se escuchaba por todo el edificio! Se aclaró la garganta, mientras que sus compañeras le clavaban los ojos encima muy abiertos y con voz, lo más cordial que pudo dijo –Buenos días, yo soy monstruo y soy escritor, y quisiera aprender cómo se leen libros para niños-
De pronto notó que las palabras que él estaba sintiendo pasaron atolondradas sobre las que su mente quería decir y sin más salieron de su boca, haciéndole confesar el no saber leer libros a niños. 
Los tres días del curso la pasó rapidísimo, haciendo comentarios sobre su experiencia como lector, recortando y pegando complicados personajes de cuentos de hadas…todo iba de maravilla, hasta que, por la tarde, a la profesora se le ocurrió que sería bueno ver un poco de una película, y que la llevaba preparada, y que estaría muy bien para entender lo que se había visto, así, que no hubo más remedio…se acomodaron todos para ver y cuál fue su sorpresa…5 niños de diferentes naciones cada uno, desde el embarazo hasta su nacimiento.  Miró a un niño africano, jugar todo el tiempo en la tierra mientras su mamá lo acariciaba muy rico; a otro, de Mongolia, muy bien abrigado y entre borregos, solo; miró a otros más reír y la forma en la que sus caras cambiaban de forma cada vez que miraban algo que consideraban importante aprender. 
Poco a poco, con la música y las imágenes fue sintiendo como algo se partía dentro de él.  Algo calientito que le subió a la cabeza desde el estómago y luego bajó hasta sus pies, sus ojos se llenaron de lágrimas que quiso disimular, porque ya hemos dicho que era muy bueno disimulando, pero esta vez, no lo logró del todo. Se agachó tantito y respiró hondo,  después de la película, la maestra los puso en un círculo a leer libros para niños pero él no quiso ser voluntario aunque tuvo que reconocer que todos los libros le habían gustado, en especial uno de una gallina que se cae de un huevo porque no puede empollarlo.
Escuchó con atención la lectura, terminó el taller y parecía que no, pero algo, muy dentro, muy en el fondo del monstruo había cambiado, definitivamente ya no era el mismo, ahora sentía una enorme paz y sus movimientos eran delicados como los de cualquier monstruo monstruoso de su clase…
Salió porfín del edificio casi corriendo y no se dio cuenta como una piel negra comenzó a caérsele mientras caminaba, se despegaba de su lomo lleno de escamas hasta quedar amontonado en su larga cola…y a su paso iba dejando huella de algo muy especial, sus escamas, aquellas que antes fueran unas escamas verdes y aburridas se veían diferente, era como un pequeño resplandor de colores en sus orillitas.  Lo notó mientras daba la vuelta en la esquina para encontrarse con su hijito monstruo que por fin pudo ver a su papá contento y tomarlo de la mano mientras le ofrecía con la otra el delicioso helado de chocolate con limón y papá monstruo le dio una probadita.  Dicen que los vieron alejarse muy despacio mientras él le contaba el cuento de una gallina que se caía de su huevo por quererlo empollar y la historia de unos niños que gustaban de la tierra y pensó muy quedito, solo para él, lo que era en realidad “algo más que solo lectura” .