El miércoles pasado tuvimos una reunión con mamás y papás de Bunko Papalote Morelia a propósito del video “el peligro de una sola historia”, aquí Edith, coordinadora de talleres les comparte una breve reseña de su experiencia en esta reunión.
Este encuentro en particular nos permitió compartir algunas de las experiencias que nos ocurren en talleres, al principio los papás llegan con mucha cautela y algunas veces pienso en sus propios hijos cuando llegan las primeras sesiones a Bunko, con mucha expectativa pero también mostrando un poco de distancia.
La actividad inicial acabó por “romper el hielo”, creo que los papás sintieron la actividad como un juego al que había que jugar, lo interesante vino después de ver el video de una escritora nigeriana que, -con un toque de diversión- habló de las implicaciones de escuchar versiones cargadas de únicos estereotipos. A continuación los comentarios de los papás denotaron primero, sorpresa por el tema que se habló en el video de manera tan contundente, es decir, del peligro de crecer y consolidar una sola versión sobre los pueblos, las personas, los lugares, etc. Luego de la primera impresión vinieron los comentarios en los que algunos comenzaron a recordar cómo habían crecido ellos, con qué versiones sobre los miedos, los estereotipos e incluso expectativas construidas a partir de lo que escucharon cuando eran niños.
Observé que hubieron dos momentos muy interesantes; uno cuando alguien expresó que es válido definir límites con las personas que no conocemos y hablar de ello suscitó otro -no se trata de imponer distancias, simplemente de reconocer con qué te sientes afín o qué consideras totalmente ajeno a ti- pero, sobre todo, de la valiosa capacidad de reflexionar las razones por las que pensamos así.
Entre los comentarios finales estuvo –la inevitable pregunta- ¿en qué situaciones nosotros mismos nos hemos guiado a partir de estereotipos y cómo los transmitimos a los más pequeños?... Si… ahí si hubo pausas –que quiero interpretar como reflexivas y meditabundas-.
Cuando escribo esta pequeña retrospectiva me recuerdo que cualquier cambio que proyectamos en nuestras experiencias cotidianas tiene que estar precedida por una pausa -como la de la reunión de ayer- y luego, de un arduo trabajo personal y persistente con nuestra manera de vivir. Edith.
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