Con estas anécdotas de talleres inauguramos esta sección de las Puntadas de Bunko.
Nuestra idea es compartir con ustedes las cosas chuscas y divertidas del cotidiano quehacer entre libros y niños. Y si tienen anécdotas en casa en torno a momentos de lectura por favor no dejen de compartirlas para hacer las delicias de todos.
¿A qué venimos a Bunko Papalote?
Lupita es nuestra compañera de trabajo que hace unos pays muy ricos, todas las tardes llega a la biblioteca a vender a las familias de los niños bunkeros. Se han vuelto toda una tradición sus pays pues los niños ya saben que después del taller les compran un rico pay de queso.
Una tarde con el grupo de los jueves a las 4 de la tarde cuando estábamos iniciando el segundo momento del taller: Lectura en voz alta. Pregunté con cierto interés, para dar un encuadre a la motivación de los niños y niñas, y saber para qué estamos en un taller de lectura. Así que hice la siguiente pregunta: ¿A qué venimos a Bunko Papalote? Alguien dijo a divertirnos, otros a leer, a pasarnos un rato bien, a tomar libros, cuando de pronto Linito dice: ¡Y a comer pay!
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