A partir de la lectura del cuento "El conejo blanco"
Este año, en la semana que inicio la primavera en Bunko Papalote leímos el libro: El pequeño conejo blanco, el cual es una adaptación de Xosé Ballesteros a partir de un cuento popular portugués, con ilustraciones de Óscar Villán, que por esta obra fue galardonado en 1999 con el Premio Nacional de Ilustración. El álbum fue incluido por el Banco del Libro de Venezuela en el catálogo de los Mejores Libros para Niños, del año 2000. Es un libro que trata sobre el tema de la amistad, valentía, la solidaridad. Es un texto que juega con la sonoridad y la rima, es ameno y humorístico, por lo tanto se pasa un rato muy agradable con esta lectura.
El cuento inicia cuando “...el pequeño conejo blanco, un día fue en busca de coles a la huerta para hacer un caldo. Cuando el pequeño conejo blanco regresó a su casa encontró la puerta cerrada y llamó.
¿Quién es? –preguntó un vozarrón desde dentro-
...Y en busca de ayuda para reconquistar su hogar, ocupado por la terrible cabra caburra, que si le salta encima le despanzurra...”[1] el pequeño conejo blanco busca al buey, al perro y al gallo, pero estos por miedosos deciden no ayudarle. El pequeño conejo blanco muy triste y sin esperanza de regresar a su casa, se encuentra con la valiente hormiga Rabiga quien le ayuda a recuperar su casa.
Este es un cuento que en lo personal me gusta mucho leerles a las niñas y los niños que asisten a la biblioteca. Lo disfrute mucho, pero sobre todo me divertí como nunca cuando pasaron diferentes anécdotas que a continuación les contaré. El grupo de los miércoles a las 17:00 hrs., está integrado por 11 niños y niñas, en edad de 5 a 6 años, de los cuales 7 de ellos asisten a los talleres de lectura desde que son bebés. En el segundo momento del taller cuándo ya estaba leyendo el libro, en la parte en que el pequeño conejo blanco, pide ayuda al buey, yo pregunto antes de enseñar la ilustración (en la cual aparece un buey muy grande, negro) ¿saben qué es un buey? Algunos se quedan pensando… mientras Paulina, levanta la mano, y con una propiedad que le caracteriza dice muy segura: “… bueno mi mami me ha dicho que son aquellas personas que se casan, hombres con hombres y mujeres con mujeres …” Yo le conteste bien Paulina, lo que tú dices es “gay”, y yo digo “buey “
En otro grupo, el de las 16:00 hrs., también en esta parte alguien pregunta ¿güey, así dicen en la tele? Y yo contesto: “No, con “b” buey ¿saben qué es?” Alguien contesta, ¡Sí, es un toro!
En el grupo del viernes a las 5:00 sucedió lo siguiente:
Como parte de la metodología de Bunko Papalote después de la lectura en voz alta, pasamos al tercer momento: actividades completarías, alternadamente jugamos o pintamos. En esta ocasión jugamos un juego llamado ¿quién recupera la llave? El juego consistió en que los niños (quienes eran las hormigas) de manera individual tenían que acercarse a mi (quien era la cabra cabreja), sin que los viera, para quitarme la llave que tenia en el cinto. Yo les daba la espalda y tenia que decir con una voz gruesa, Yo soy la cabra cabreja y en seguida me volteaba a verlos, las niños y niños, tenían que avanzar sigilosamente para quitarme la llave, sin que yo los viera. En seguida, pregunté si alguien quería ser la cabra y Jade muy rápido contestó ¡Yo! Así que ella se colocó al frente de todos y nos dio la espalda, se puso las manos en la cara y gritó con voz gruesa ¡Yo soy la cabra cabrona! Tanto los niños como yo nos quedamos perplejos y que nos botamos la carcajada. En seguida le dije a Jade: es la cabra cabreja. Jade contestó: ¡Hay perdón!
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