6 de noviembre de 2013

Rebáncalos, varañas y sijolitos. Diccionario infantil de Bunko Papalote


                                                      
El día de la Mesa redonda en que festejamos de manera pública el 20 aniversario de Bunko Papalote como proyecto de promoción de lectura desde la sociedad civil, Roberto Peredo, escritor y parte de la familia de Bunko Papalote nos llevó estos lindos diccionarios escritos con la colaboración de Patricio Ortiz, papá de Bunko Papalote.
Rebáncalos, varañas y sijolitos es resultado de su esfuerzo y entusiasmo por rescatar del olvido un proyecto que comenzó hace algunos años producto de un taller de redacción que se dio en la biblioteca de Xalapa. 

En la presentación del libro nos cuenta:
"La tarea consistía en crear un documento con las palabras que los padres reportaran como invención -o transformación- de sus hijos pequeños, cuando apenas se iniciaban en el aprendizaje del habla. Gracias a la colaboración de decenas de papás y mamás logramos coleccionar más de 200 palabras y algunas otras invenciones. Con el fin de que la colección de términos se pareciera lo más posible a un diccionario nos permitimos añadir a cada una de las palabras una especie de definición."




En las bibliotecas podrán encontrar ejemplares en venta de esta publicación conmemorativa, además los invitamos a participar en su actualización, compartiéndonos las palabras de sus hijos para lograr una nueva edición corregida y aumentada. Pueden hacernos llegar sus colaboraciones a través de mensajes en nuestra página o en facebook, con el nombre y edad de sus hijos.

A continuación les compartimos algunos de los divertidos e ingeniosos términos:


abe
      abue/abuelita. Lo mismo se dice abe que abita, agüita, bulila, peca o tita. De cualquier
      manera es nuestra y nos consciente.
                                             Andrea (1.5 años) y Frida (1 año) 
acariñar
       acariciar; hacer cariños. Desde que Antonio inventó esta palabra mixta, la conjuga
       correctamente. Decía, por ejemplo: "¿Me acariñas?", o "Te quiero acariñar". Pronto 
       se convirtió en parte del vocabulario familiar. Algunas palabras infantiles son tan 
       precisas que bien haríamos en adoptarlas.
                                             Antonio (3 años)

barbar
        raspar con la barba. ¡¿Cómo?! ¿Nadie antes que Aryel había inventado este verbo? 
        Cuántas cosas aún hay por decir con la palabra exacta: tarea de niños y de poetas.
                                             Aryel (4.5 años)
cancanieves
        Blancanieves. Personaje de ficción infantil en versión para cachorros dálmata.
                                             Ma del Pilar y Xavier (2 y 3 años)
garrea
       diarrea/dolor de estómago. Neologismo que permite economizar palabras cuando 
      la diarrea viene acompañada de dolor de estómago, y uno no tiene tiempo como para 
      dar discursos.
                                             Agustín (4 años)



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