27 de junio de 2011

Reunión con Mamás y Papás en Bunko Morelia Junio 2011











En esta ocasión queremos compartir  con ustedes, antes de salir de vacaciones de verano, algunas reflexiones que hicimos juntos en la reunión del 23 de junio. Estas reuniones tienen el objetivo de generar un espacio de reflexión conjunta con ustedes y así puedan experimentar de manera vivencial el trabajo que hacemos con sus hijos cada semana en talleres y llevarlo a casa y a otros espacios de convivencia.

A partir de la lectura  común de un cuento que preparamos para la reunión pudimos ver cómo el mundo en el que vivimos (nuestro contexto global) está marcado por: el individualismo, el sentido voraz de competencia, la exaltación desmedida del valor del dinero, la indiferencia por el bienestar de los otros y la falta de aprecio por lo que es diverso, lo que genera en nuestra sociedad: corrupción, inseguridad, violencia e injusticia.
Y platicamos acerca de cómo la propuesta de Bunko Papalote como proyecto de la sociedad civil busca contrarrestar esta tendencia global de nuestras sociedades y por eso pone énfasis en el contacto con la lectura para generar espacios de convivencia y reflexión que promuevan el reconocimiento de la riqueza de la pluralidad. Esto implica aprender a apreciar a los otros, a considerar tan importantes sus necesidades como las propias. Desde esta perspectiva la capacidad de dialogar y la de generar acuerdos, resultan fundamentales.

El valor que asignamos a la lectura en Bunko Papalote, específicamente de literatura infantil y juvenil, radica en que nos proporciona la oportunidad de cuestionar el sentido que atribuimos a nuestra realidad social. La realidad no es sólo de una manera, puede concebirse de múltiples formas. Y al compartir una  historia,  podemos escuchar lo que los otros tienen que decir acerca de ella. Así, se hacen evidentes y confluyen a través del diálogo, diversas miradas acerca de un mismo evento.

El contacto con la literatura infantil y la lectura en voz alta nos permite familiarizarnos con formas de conocimiento (saberes) útiles en el contexto global en el que vivimos, como el razonamiento lógico y analítico, la expresión oral, el desarrollo de la atención visual y auditiva. Al mismo tiempo nos brinda la oportunidad de aprender a escuchar lo que otros tienen que decir. Con ello, tenemos la posibilidad de replantear o reformular lo que pensamos.

El diálogo que la lectura posibilita en Bunko Papalote  no sólo apunta a la  construcción de un sentido de seguridad en uno mismo sino también en considerar a los otros como valiosos, ya que este contacto con ellos nos ayuda a resignificar lo que somos.

El ejercicio de lectura ( sobre todo en grupos heterogéneos), brinda material de trabajo para que chicos y grandes reflexionemos, en la práctica, acerca de los múltiples prejuicios a partir de los cuales nos relacionamos los unos con los otros. De ahí el énfasis del trabajo en Bunko Papalote  en el tipo de interacciones sociales que una experiencia de lectura posibilita, basadas en la confianza, la cordialidad, la amistad, la firmeza (con respecto a límites y acuerdos), el respeto, el sentido lúdico, las relaciones horizontales (todos merecemos el mismo trato).

Pronto tendremos una nueva reunión con familias y  nos encantaría contar con tu presencia. Si estuviste  con nosotros esta vez comparte con nosotros y la comunidad qué te pareció este formato de reunión.

6 de junio de 2011

Y va otra puntada! También de Alba en Xalapa

 A partir de la lectura del cuento "El conejo blanco"



Este año, en la semana que  inicio la primavera en Bunko Papalote leímos el libro: El pequeño conejo blanco, el cual es una adaptación de Xosé Ballesteros a partir de un cuento popular portugués, con ilustraciones de Óscar Villán, que  por esta obra fue galardonado en 1999 con el Premio Nacional de Ilustración. El álbum fue incluido por el Banco del Libro de Venezuela en el catálogo de los Mejores Libros para Niños, del año 2000. Es un libro que trata sobre el tema de la amistad, valentía, la solidaridad. Es un texto que juega con la sonoridad y la rima, es ameno y humorístico,  por lo tanto se  pasa un rato muy agradable con esta lectura.
                  El cuento inicia cuando “...el pequeño conejo blanco, un día fue en busca de coles a la huerta para hacer un caldo. Cuando el pequeño conejo blanco regresó a su casa encontró la puerta cerrada y llamó.
¿Quién es? –preguntó un vozarrón desde dentro-
...Y en busca de ayuda para reconquistar su hogar, ocupado por la terrible cabra caburra, que si le salta encima le despanzurra...”[1] el pequeño conejo blanco busca al buey, al perro y al gallo, pero estos por miedosos deciden no ayudarle. El pequeño conejo blanco muy triste y sin esperanza de regresar a su casa, se encuentra con la valiente hormiga Rabiga quien le ayuda a recuperar su casa.
               Este es  un cuento que en lo personal me gusta mucho leerles a las niñas y los niños que asisten a la biblioteca. Lo disfrute mucho, pero sobre todo me divertí como nunca cuando pasaron diferentes anécdotas que a continuación les contaré. El grupo de los miércoles a las 17:00 hrs., está integrado por 11 niños y niñas, en edad de 5 a 6 años, de los cuales 7 de ellos asisten a los talleres de lectura desde que son bebés. En el segundo momento del taller cuándo ya estaba leyendo el libro, en la parte en que el pequeño conejo blanco, pide ayuda al buey, yo pregunto antes de enseñar la ilustración (en la cual aparece un buey muy grande, negro) ¿saben qué es un buey? Algunos se quedan pensando… mientras Paulina, levanta la mano, y con una propiedad que le caracteriza dice muy segura:  “… bueno mi mami me ha dicho que son aquellas personas que se casan, hombres con hombres y mujeres con mujeres …”  Yo le conteste bien Paulina, lo que tú dices es “gay”, y yo digo “buey “



En otro grupo, el de las 16:00 hrs., también en esta parte alguien pregunta ¿güey, así dicen en la tele? Y yo contesto: “No, con “b” buey ¿saben qué es?” Alguien contesta, ¡Sí, es un toro!


En el grupo del viernes a las 5:00 sucedió lo siguiente:
Como parte de la metodología de Bunko Papalote después de la lectura en voz alta, pasamos al tercer momento: actividades completarías, alternadamente jugamos o pintamos. En esta ocasión jugamos un juego llamado ¿quién recupera la llave? El juego consistió en que los niños (quienes eran las hormigas) de manera individual tenían que acercarse a mi (quien era la cabra cabreja), sin que los viera, para quitarme la llave que tenia en el cinto. Yo les daba la espalda y tenia que decir con una voz gruesa, Yo soy la cabra cabreja  y en seguida me volteaba a verlos, las niños y niños, tenían que avanzar sigilosamente para quitarme la llave, sin que yo los viera. En seguida, pregunté si alguien quería ser la cabra y Jade muy rápido contestó ¡Yo! Así que ella se colocó al frente de todos y nos dio la espalda, se puso las manos en la cara y gritó con voz gruesa ¡Yo soy la cabra cabrona! Tanto los niños como yo nos quedamos perplejos y que nos botamos la carcajada. En seguida le dije a Jade: es la cabra cabreja. Jade contestó: ¡Hay perdón!


[1] http://www.kalandraka.com/blog/wp-content/uploads/2009/04/el-pequeno-conejo-blanco.pdf

Esta es una anécdota de un taller de Alba en Bunko Papalote Xalapa


Con estas anécdotas de talleres inauguramos esta sección de las Puntadas de Bunko. 
Nuestra idea es compartir con ustedes las cosas chuscas y divertidas del cotidiano quehacer entre libros y niños.  Y si tienen anécdotas en casa en torno a momentos de lectura por favor no dejen de compartirlas para hacer las delicias de todos.


¿A  qué venimos a Bunko Papalote?

Lupita es nuestra compañera de trabajo que hace unos pays muy ricos, todas las tardes llega a la biblioteca a vender a las familias de los niños bunkeros.  Se han vuelto toda una tradición sus pays pues los niños ya saben que  después del taller les compran un rico pay de queso.
Una tarde con el grupo de los jueves a las 4 de la tarde cuando estábamos iniciando el segundo momento del taller: Lectura en voz alta.  Pregunté con cierto interés, para dar un encuadre a la motivación de los niños y niñas, y  saber para qué estamos en un taller de lectura. Así que hice la siguiente pregunta: ¿A qué venimos a Bunko Papalote? Alguien dijo a divertirnos, otros a leer, a pasarnos un rato bien, a tomar libros, cuando de pronto Linito dice: ¡Y a comer pay!