Por: Lupita Queirolo G. coordinadora Bunko Papalote Morelia
Portada libro Gilgamesh, ediciones Tecolote |
El
primer texto del que tenemos registro, es la epopeya
de Gilgamesh. Una obra milenaria plasmada en tablillas de barro en escritura
cuneiforme. Antes de este texto la transmisión de los mitos, leyendas y
narraciones que daban sentido y ordenaban la experiencia humana, se hacía de manera pictórica,
oral y después también a través de la escritura. Hoy en día además, contamos
con los avances de la tecnología y utilizamos soportes electrónicos.
Actualmente
contamos historias de viva voz: en persona, a través de la radio, los archivos
mp3; por medio de imágenes: fijas o en movimiento, a través de las ilustraciones,
el cómic, el cine, etc. y tenemos acceso a una cantidad ilimitada y diversa de
relatos también a través de la red. Lo que no ha cambiado es la necesidad de
contar, de escuchar, de conectar con ese otro que nos refleja y compartir con
él, ideas, sentimientos, sueños, el fruto de nuestra actividad mental, emotiva,
intuitiva y de nuestra muy particular manera de ver el mundo.
Los
niños y jóvenes de hoy pueden tener acceso a nuevas tecnologías, aunque en
nuestro país dicho acceso es restringido.
Esta
nueva forma de comunicarse implica un reto para nosotros, padres de familia y
formadores: el de proveer un equilibrio en sus experiencias, para que estén
nutridas de diversas formas de ser y hacer, desde donde puedan escoger y
construir la suya propia. No es casual que en un país como Finlandia, a donde
todos volteamos cuando tocamos temas de educación, el e-learning sea algo del
pasado y se haya sustituído por un aprendizaje que promueve las experiencias en
espacios tanto reales como virtuales combinando así tradición con tecnología.
Tampoco es casual que los hijos de los genios programáticos de Silicon Valley
lleven a sus hijos a escuelas donde pasan su primera infancia pintando,
tejiendo, cocinando y escuchando historias y lejos, muy lejos de la tecnología.
Ahora
me gustaría invitarlos a hacer un ejercicio de construcción colectiva.
Se
me ocurre enlistar en el siguiente cuadro lo que creo sucede con cada
experiencia de lectura, la real y la virtual y los invito en familia a imaginar
ambas situaciones y completarlo. ¿Qué les permite cada experiencia?
Si
un niñ@ tiene la posibilidad de acceder:
a que le cuenten un cuento
Via youtube en su dispositivo movil:
|
Escuchado directo de sus padres, abuelos, sus
maestros o en un evento de cuenta-cuentos
|
Podrá
escucharlo acompañado o solo cuando quiera.
|
Podrá dar
su opinión y escuchar la de otros, dándose cuenta de la diversidad de maneras
de interpretar un mismo evento.
|
Enlazarlo
con otros vínculos en la red.
|
Compartir
esa vivencia con otros aprendiendo diversas maneras de ser y hacer a través
del ejemplo.
|
Enseñarlo
a sus amigos o familiares.
|
Sentir la
cercanía afectiva y humana del que le cuenta, su calor y contacto.
|
Aprender
más acerca del tema.
|
Nutrirse
de seguridad, afecto y de la certeza de la amabilidad de quien le lee o
cuenta. (Hasta ahora no he visto a alguien leer o contar desde el enojo)
|
Reenviarlo,
aprenderlo, hablar de él.
|
Querer
también contar a otros, a sus muñecos, amigos, hermanos, a sus mismo padres,
para que vean que también ella/él puede hacerlo.
|
Estas
son algunas de mis ideas y espero las suyas a través del enlace en la red, a
través de nuestro correo, la página o facebook. No podré ver sus caras y
conocer sus voces, a menos de que sus capacidades tecnológicas sean amplias.
No podré contestarles de inmediato, ni podrán
ver mis gestos al leer sus comentarios, pero podremos comunicarnos. Y si van a
la biblioteca a alguno de nuestros eventos o talleres, podremos conocernos y
platicar, intercambiar visiones y porqué no, vivir juntos una experiencia de
lectura .
Ahora
los dejo, no sin antes recomendarles el libro que desató esta reflexión y que
disfrutamos mucho leyendo con las niñas y niños en nuestros talleres. Podrán
hojearlo en este enlace http://www.edicionestecolote.com/V2.htm para
luego ir a buscarlo y poder sentarse juntos, en familia a disfrutar de su
lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario