7 de noviembre de 2012

La lectura y las nuevas tecnologías



Por: Lupita Queirolo G.  coordinadora Bunko Papalote Morelia
Portada libro Gilgamesh, ediciones Tecolote

El primer texto del que tenemos registro, es la epopeya de Gilgamesh. Una obra milenaria plasmada en tablillas de barro en escritura cuneiforme. Antes de este texto la transmisión de los mitos, leyendas y narraciones que daban sentido y ordenaban la experiencia humana, se hacía de manera pictórica, oral y después también a través de la escritura. Hoy en día además, contamos con los avances de la tecnología y utilizamos soportes electrónicos.
Actualmente contamos historias de viva voz: en persona, a través de la radio, los archivos mp3; por medio de imágenes: fijas o en movimiento, a través de las ilustraciones, el cómic, el cine, etc. y tenemos acceso a una cantidad ilimitada y diversa de relatos también a través de la red. Lo que no ha cambiado es la necesidad de contar, de escuchar, de conectar con ese otro que nos refleja y compartir con él, ideas, sentimientos, sueños, el fruto de nuestra actividad mental, emotiva, intuitiva y de nuestra muy particular manera de ver el mundo.
Los niños y jóvenes de hoy pueden tener acceso a nuevas tecnologías, aunque en nuestro país dicho acceso es restringido.
Esta nueva forma de comunicarse implica un reto para nosotros, padres de familia y formadores: el de proveer un equilibrio en sus experiencias, para que estén nutridas de diversas formas de ser y hacer, desde donde puedan escoger y construir la suya propia. No es casual que en un país como Finlandia, a donde todos volteamos cuando tocamos temas de educación, el e-learning sea algo del pasado y se haya sustituído por un aprendizaje que promueve las experiencias en espacios tanto reales como virtuales combinando así tradición con tecnología. Tampoco es casual que los hijos de los genios programáticos de Silicon Valley lleven a sus hijos a escuelas donde pasan su primera infancia pintando, tejiendo, cocinando y escuchando historias y lejos, muy lejos de la tecnología.

Ahora me gustaría invitarlos a hacer un ejercicio de construcción colectiva.
Se me ocurre enlistar en el siguiente cuadro lo que creo sucede con cada experiencia de lectura, la real y la virtual y los invito en familia a imaginar ambas situaciones y completarlo. ¿Qué les permite cada experiencia?


Si un niñ@ tiene la posibilidad de acceder:
a que le cuenten un cuento


Via youtube en su dispositivo movil:
Escuchado directo de sus padres, abuelos, sus maestros o en un evento de cuenta-cuentos
Podrá escucharlo acompañado o solo cuando quiera.

Podrá dar su opinión y escuchar la de otros, dándose cuenta de la diversidad de maneras de interpretar un mismo evento.
Enlazarlo con otros vínculos en la red.
Compartir esa vivencia con otros aprendiendo diversas maneras de ser y hacer a través del ejemplo.
Enseñarlo a sus amigos o familiares.

Sentir la cercanía afectiva y humana del que le cuenta, su calor y contacto.
Aprender más acerca del tema.

Nutrirse de seguridad, afecto y de la certeza de la amabilidad de quien le lee o cuenta. (Hasta ahora no he visto a alguien leer o contar desde el enojo)
Reenviarlo, aprenderlo, hablar de él.
Querer también contar a otros, a sus muñecos, amigos, hermanos, a sus mismo padres, para que vean que también ella/él puede hacerlo.









Estas son algunas de mis ideas y espero las suyas a través del enlace en la red, a través de nuestro correo, la página o facebook. No podré ver sus caras y conocer sus voces, a menos de que sus capacidades tecnológicas sean amplias.
 No podré contestarles de inmediato, ni podrán ver mis gestos al leer sus comentarios, pero podremos comunicarnos. Y si van a la biblioteca a alguno de nuestros eventos o talleres, podremos conocernos y platicar, intercambiar visiones y porqué no, vivir juntos una experiencia de lectura .

Ahora los dejo, no sin antes recomendarles el libro que desató esta reflexión y que disfrutamos mucho leyendo con las niñas y niños en nuestros talleres. Podrán hojearlo en este enlace   http://www.edicionestecolote.com/V2.htm para luego ir a buscarlo y poder sentarse juntos, en familia a disfrutar de su lectura.



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